Niebla... esa amiga del frio, esa traidora que nos impide ver nuestro camino, nos desorienta, nos confunde. Hasta que un día caes de bruces al suelo, por no ver ese camino que está marcado.
Te levantas, la boca te sabe a cobre, tus manos huelen a metal oxidado, y esa niebla que veías resulta que ha desaparecido, ahora lo ves todo claro.
¿En qué momento lo real pasa a ser irreal, y lo irreal pasa a ser tu pesadilla?
Calabobos
Hace 8 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario