miércoles, 24 de noviembre de 2010

Breakpoint.

Y sentir que tus piernas flaquean, caer de rodillas y mirar al frente...

Sentirte como aquel caballero medieval que, en tu mente crees ser, te imaginas con tu armadura machacada, con la espada tirada en el suelo y de rodillas, chorreando sangre de la cabeza, viendo como tu enemigo se mofa de ti.

Cambiemos caballero medieval por tu persona, la armadura machada por tu alma, la espada clavada tirada en el suelo por tus ganas de seguir combatiendo. y la sangre, en vez de chorrear de tu cabeza, chorrea de tu corazón, y el enemigo es tu presente.

Todos, tarde o temprano, alcanzamos nuestro punto límite, ese punto donde perdemos la consciencia de la realidad, y nos vamos al cielo, soñamos que todo va bien, que nunca has tenido problemas, que el agua es azul y las calles huelen a rosas. Pero tarde o temprano, algo o alguien nos hace ver, tras un fogonazo blanco, que estamos en el suelo, donde los problemas abundan y las calles huelen a mierda. Alguien nos ha reanimado en el infierno.

Pero, aun tenemos algo que cumplir, tenemos que llegar a nuestra felicidad, y hemos vuelto a fallar. Hay veces que creemos haberla encontrado en algo o alguien, pero amigos mios, a nuestras edades tan tempranas, lo único que encontramos son fallos, las personas que creemos conocer realmente no las conocemos, y las personas que creemos que nos conocen, realmente no saben ni quienes somos, esto esta lleno de cosas que, aunque odiemos, hemos de superar, sea cual sea el obstáculo.

Y por muy de rodillas que este ahora mismo, juro que seguiré mi camino allá donde me lleve, y que conseguiré esta meta.

No he de rendirme aunque caiga al andar... no estaré vivo si he de huir...